La educación del futuro ya está entre nosotros

Multiplicación de interrogantes

Es un hecho irrefutable que las herramientas que brinda la Web 2.0 permiten a sus usuarios nuevas maneras de acceder a la información, comunicarse, relacionarse, participar y colaborar en distinta prácticas. Sin embargo, esas herramientas no fueron creadas con fines educativos. Imaginar nuevas maneras de vincularme con mi práctica docente  me conduce a plantearme varios interrogantes. Entre ellos, por ejemplo, se encuentran: ¿cómo utilizar las aplicaciones de la Web 2.0 y los contenidos digitales para mejorar la calidad de la enseñanza que brindo?, ¿de qué forma utilizar las herramientas que proporciona Internet para favorecer el desarrollo del potencial de aprendizaje de mis alumnos, generando un pensamiento reflexivo, crítico y creativo?, ¿cuál o cuáles de todas las aplicaciones de la Web 2.0 elijo y con qué objetivo lo hago?, ¿en qué momento de los procesos de enseñanza y aprendizaje las introduzco?

Siento que los interrogantes se van multiplicando, pero que podré hallar las respuestas animándome a probar, atreviéndome a equivocarme y reflexionando de manera crítica sobre mi propia práctica con las herramientas de la Web 2.0 y sobre los aportes que ellas pueden brindar a la educación formal.

Un verdadero desafío

En el mundo de hoy, las nuevas tecnologías han atravesado nuestra vida cotidiana. Las utilizamos para leer el diario, escuchar música, pagar facturas, hacer transferencias bancarias, buscar la dirección de un restaurante o el horario de exhibición de una película en un cine, por citar algunos ejemplos.
La educación formal no debería, entonces, "hacer la vista gorda" a semejante suceso. Es necesario que nosotros, los docentes, nos animemos a desafiar los modelos de aprendizaje relacionados a lo lineal, secuencial y vertical, y mediante la utilización de las TIC generemos proyectos pedagógicos genuinos. Aquí, creo yo, radica el verdadero desafío.